Pues si a un objeto solo —repetía
tímido el pensamiento—
huye el conocimiento
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y cobarde el discurso se desvía;
si a especie segregada
—como de las demás independiente,
como sin relación considerada—
da las espaldas el entendimiento
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y asombrado el discurso se espeluza
del difícil certamen que rehúsa
acometer valiente,
porque teme, cobarde,
comprehenderlo o mal, o nunca, o tarde,
Alejarte del conocimiento por miedo a no comprenderlo.