Lo verdaderamente hermoso casi nunca es bonito.
—Abuela, en eso tienes razón. Por ejemplo, el dolor. ¿La destrucción? ¿Lo bestial? Ese algo tan doloroso que nos lleva a cerrar los ojos para no verlo. Ese algo que hace que todos aquellos que lo ven, desvíen la mirada. Es posible que sea al reconocer nuestro propio dolor cuando lo rechacemos, afirmando: No me gusta, no lo entiendo, no lo quiero tener, es feo, asqueroso