John Locke (1632–1704), padre del empirismo y del liberalismo político, es considerado uno de los filósofos más influyentes de la historia, pese a que en muchos momentos haya sido uno de los más olvidados. El presente volumen emprende la tarea de hacerle justicia profundizando en sus aportaciones dentro del campo de la filosofía, la política y la divulgación científica. Sus logros están íntimamente ligados a la época y al lugar al que perteneció: hijo de la Inglaterra del siglo XVII, vivió el auge de la burguesía, la crisis del sistema feudal y el florecimiento de la nueva ciencia. Defensor de la experiencia y la sensibilidad como fuentes válidas de conocimiento ante los desmanes del racionalismo extremo, su visión moderada y crítica le llevó a formular una teoría política antiautoritaria, a favor de un Estado garante de las libertades individuales y del derecho de los ciudadanos a rebelarse contra los gobiernos. De ahí el interés de examinar con atención, en lo que tienen de antídoto crítico liberador de prejuicios, las reflexiones mesuradas de este gran filósofo.