Accésit del Premio Adonáis por su «voluntad metapoética, llevada a cabo con un uso austero y contenido del lenguaje, que deja espacio a destellos imaginativos y enfoques inquietantes», como señaló el jurado. Destaca la intimidad del poeta con las palabras, en estrecha vinculación con el mundo. Por ese motivo, ese carácter «metapoético» no ha de entenderse como preconcebido, sino como inevitable, surgido de forma natural en alguien volcado constante y diligentemente, por nacimiento y profesión, a la actividad literaria. Con igual espontaneidad, se entrevén temas universales como el amor, la muerte o el yo, siempre enmarcados en el transcurrir cotidiano e intenso de la vida del poeta.