La bailarina de Auschwitz

tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

Estoy tan obsesionada por demostrar mi valía, por alcanzar mi lugar en el mundo

hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino».

Siempre hay dos mundos. El que elijo y el que niego, que entra siempre sin mi permiso.

La libertad reside en aceptar lo sucedido. La libertad significa armarnos de valor para desmantelar la prisión pieza a pieza.

No podemos decidir tener una vida sin dolor. Pero podemos decidir ser libres, escapar del pasado, nos suceda lo que nos suceda, y adaptarnos a lo posible.

Tenemos hambre de aprobación, de atención, de afecto. Tenemos hambre de libertad para aceptar la vida, conocernos y ser realmente nosotros mismos.

No podemos decidir tener una vida sin dolor. Pero podemos decidir ser libres, escapar del pasado, nos suceda lo que nos suceda, y adaptarnos a lo posible.

el sufrimiento es universal. Sin embargo, el victimismo es opcional.

Los supervivientes no tienen tiempo de preguntar, «¿Por qué a mí?». Para los supervivientes, la única pregunta relevante es: «¿Y ahora, qué?».