Entre las deficiencias de la Unión Europea, una de las más corrosivas es que no resulta inteligible. Europa no tendrá sentido mientras no haya una narrativa que pueda ser entendida y aceptada por su ciudadanía. Este libro trata de hacer comprensible el experimento europeo sin rendirse ni al minimalismo tecnocrático ni a las simplificaciones populistas. Su autor sostiene que la Unión Europea sólo puede ser entendida en el marco conceptual de una democracia compleja. En unos momentos en los que la carencia de épica no se ve compensada por una legitimidad funcional, en los que el proyecto europeo no puede contar ni con el recurso a gestas enfáticas ni con el discreto favor de la efectividad, el paisaje se nos ha llenado de referencias negativas. Debilitadas las diversas legitimaciones de la integración, los únicos relatos poderosos que quedan en pie son las impugnaciones populistas o la inevitabilidad con que se imponen las justificaciones tecnocráticas. Al mismo tiempo, los llamamientos genéricos a una mayor integración, a «más Europa», tienen una resonancia coactiva, de rendición ante lo inevitable y en la dirección ya conocida. En unos momentos de especial incertidumbre en relación con el futuro de Europa, si de algo podemos estar seguros es de que su futuro no puede depender más que de reflexiones compartidas y decisiones libres. Daniel Innerarity trata de explicar cuál es la innovación política de la Unión Europea, sus insuficiencias y sus oportunidades, su peculiar sistema de representación y decisión, qué tenemos derecho a esperar de ella y qué podemos exigirle para que sea, de acuerdo con su peculiar naturaleza, más democrática.