Explora el territorio donde duermes y sueñas. Recuerda: el objetivo son los «ojos de bosque».
Hay tres tipos de señales de sueño: anómalas, temáticas y recurrentes. Registra las tres pero fíjate de modo particular en las recurrentes.
Pide «ver más allá del pozo» y deja que estallen tus limitaciones, como estalló la cabeza de la rana.
El sueño tiene cuatro fases: la hipnagógica, la del sueño ligero, la del sueño profundo y la REM, en la que se producen los sueños. Los períodos REM se alargan a medida que avanza la noche, así que presta atención a las últimas horas de tu ciclo del sueño.
Aprende a mantenerte en el estado hipnagógico; muchas de las técnicas que veremos más adelante se basan en la capacidad de mantener la conciencia en este estado, por lo que merece la pena practicarlo.
No olvides llevar un diario de los sueños.