Cuando Fatah y los otros grupos de resistencia se hicieron con el control de la OLP, en 1968, el movimiento nacional formuló un nuevo objetivo, pasando a defender la idea de Palestina como un solo Estado democrático para todos sus ciudadanos, tanto árabes como judíos (algunas versiones hacían referencia a un Estado democrático laico). Esta nueva concepción pretendía desbancar los objetivos establecidos en la Carta Nacional, admitiendo ahora que los judíos israelíes habían adquirido el derecho a vivir en Palestina y no se los podía obligar a marcharse. El cambio también tenía por objeto renovar la imagen de la OLP y ganarse a los israelíes, que la Carta Nacional de 1964 trataba como si no existieran. La declaración de que tanto los árabes como los judíos que vivían en Palestina tenían derecho a ser ciudadanos iguales del país representaba una evolución importante en la ideología del movimiento. Sin embargo, la propuesta del Estado democrático único no reconocía a los israelíes como un pueblo con derechos nacionales, ni aceptaba la legitimidad del Estado de Israel ni del sionismo.