Jennie Hunter y Alex Dangerfield se habían visto en una fiesta y de inmediato supieron que estaban hechos el uno para el otro. Tras un romance vertiginoso y una idílica boda, Jennie pensaba que todos sus sueños se habían hecho realidad… hasta que las circunstancias conspiraron contra ellos.
Alex apareció con una adorable niña pequeña y en sus ojos, brillantes y llenos de alegría, Jennie podía ver un mundo de desesperación. Mollie necesitaba una mamá y Alex la necesitaba a ella, su esposa en la fortuna y en la adversidad