intercambiando capturas de pantallas, enlaces a artículos y citando fragmentos de conversaciones entre extraños que habíamos escuchado en cafés, en el metro o en la cola de la caja de alguna tienda. Era como si estuviéramos creando un relato común de nosotros juntando impresiones, opiniones y fragmentos de los sucesos diarios. El relato no tenía relación alguna con aquello que sucedía fuera del chat, y a veces me preguntaba si nuestra recopilación estaba dedicada a un público ausente pero imaginado que ni siquiera tenía acceso a nuestros mensajes privados.