El libro divino de los Chakras

convierte en nada y solo causa frustración y dolor.

El amor de pareja es muy hermoso.

La medicina occidental les llama glándulas endocrinas

Dicen los viejos maestros que todo poder es peligroso si cae en manos de quien no lo sepa controlar, porque todo poder incontrolado, tras poseer a su poseedor, se convierte en nada y solo causa frustración y dolor.

Tendemos a crear y a querer un pensamiento único lleno de certezas, no queremos ni las dudas ni las cosas que no tengan una explicación de acuerdo con nuestro concepto de lógica y de razón.

1° Muladhara Chakra, la raíz, yo tengo

El chakra raíz, se percibe en el perineo, entre los órganos sexuales y el ano, en la base de la columna vertebral, el coxis y en las glándulas suprarrenales.

Está relacionado con la producción de hormonas, como el esperma y los óvulos, con el aparato reproductor, con el coxis y con las vértebras lumbares.

Para potenciar, alinear y equilibrar este chakra:

Respiración: Tome conciencia de su respiración.

Asana: Posición de flor de loto.

Ropa: Utilice ropa cómoda, preferentemente de algodón o lino de color rojo.

Mudra: Como mudra coloque los dedos entrelazados sobre el regazo o a la altura de la pelvis.

• Concentre su atención en el coxis o en el perineo.

• Perciba la energía de la tierra en sus pies o en sus glúteos.

• Deje que esta energía vaya ascendiendo desde el coxis hasta la coronilla, séptimo chakra, recorriendo toda la columna vertebral.

• Una vez que haya llegado a la coronilla, láncela hacia el espacio.

Prana: Respire hondo y suavemente, y absorba de nuevo la energía a través de la coronilla, y sienta como desciende hasta el coxis purificando todo su organismo.

• Centre su pensamiento de nuevo en el coxis o en el perineo.

• Respire hondo contando hasta siete.

• Mantenga la respiración contando hasta siete.

• Exhale pausadamente contando hasta siete.

• Mantenga vacíos los pulmones durante siete segundos.

Mantra: Haga el mantra Lam sintiendo la vibración en el perineo.

• Repita siete veces.

• Tome conciencia de la respiración suave y pausada, descanse.

Planeta regente: La Luna.

Incienso: Aroma a jengibre o canela.

Día: El mejor día para trabajar con el chakra raíz es el lunes.

Beneficios físicos

• Quema la grasa de caderas y cintura.

• Sana o evita lesiones lumbares.

• Favorece la absorción de colágeno y calcio, es decir, rejuvenece.

• Mejora la potencia, duración y actividad sexual, aunque no es el chakra del sexo.

• Favorece la fertilidad masculina.

• Mejora la digestión y protege al recto.

• Protege los riñones y regula las funciones de las cápsulas suprarrenales.

• Atempera el carácter.

• Da energía y favorece la creatividad.

• Impulsa el sentido empresarial.

• Mejora la autoestima y la seguridad en uno mismo.

• Potencia y tonifica los músculos de caderas, muslos y glúteos.

• Favorece la lealtad y el contacto con la naturaleza.

Por tanto, mi querido Buda,
somos y no somos
lo que pensamos,
porque somos una pregunta eterna
no contestada.

¿Quiénes somos?

Sí, pensamos y tenemos consciencia de ser y estar en este mundo, pero no sabemos si es una suerte o una maldición de los crueles dioses que nos mandaron a esta vida y a este planeta sin darnos un manual de instrucciones, dentro de unas sociedades y sistemas que nos mienten nada más llegar y nos explotan y engañan a lo largo y ancho de nuestra permanencia en este mundo, cerrándonos cualquier posibilidad de visión que no sea la habitual y normativa, con un chakra coronario cerrado con los bautizos, y un tercer ojo tapado por un velo de ilusiones.

Así, ciegos en muchos aspectos,
nos da por intuir lo que no vemos,
y en pensar:

Que somos un nombre.

Que somos un sexo.

Que somos un accidente geográfico.

Que somos un idioma.

Que somos un Yo, un Nosotros.

Que somos lo que compramos.

Que somos lo que tenemos o no tenemos.

Que somos lo que estudiamos.

Que somos lo que amamos o lo que creemos amar.

Que somos hijos, padres, tíos, abuelos, paisanos.

Que somos los reyes de la creación.

Que somos lo que decimos.

Que somos lo que escribimos.

Que somos lo que sentimos.

Que somos lo que inventamos.

Que somos lo que mentimos.

Que somos amos o esclavos.

Que somos una fe, o una creencia.

Que somos un equipo.

Que somos parte de algo superior a nosotros.

Que somos cuerpo.

Que somos mente.

Que somos una mariposa atrapada en el cuerpo de un gusano.

Que somos alma o que somos espíritu, cuando nadie tiene claro en este universo que es eso del alma o del espíritu.

Que somos energía y átomos.

Que somos algo más de lo que somos.

Que no somos más que un sueño.

Que somos polvo de estrellas.

Y que somos, finalmente, nada de nada.

Idealizamos situaciones y personas, para destruirlas un poco más tarde si no responden a nuestras fantasías o expectativas.

Cometemos un acierto y cien errores.

Queremos que los demás nos quieran, nos entiendan y nos perdonen, cuando somos incapaces de querer, comprender o perdonar.

Y todo esto nos sucede porque pensamos y cuestionamos, porque percibimos e inventamos, dejando a la mente tomar el timón de nuestras vidas sin más reflexión que el sistema en que vivimos y nuestros propios intereses.

Nosotros nos ponemos metas, y nosotros mismos nos ponemos los obstáculos para no llegar a ellas.

Pedimos amor, y no lo damos.

Exigimos fidelidad mientras más infieles somos.

Juzgamos a quien no dice la verdad, cuando somos los primeros en mentir y en no saber exactamente qué es la verdad.

Deseamos, pero no actuamos.

Estamos siempre con el bien, pero hacemos continuamente el mal.

Tenemos muchos valores, pero cumplimos muy poco con ellos.

Somos congruentes en la incongruencia, y exigimos solidez de los demás.

Somos contradictorios y cambiantes, y esperamos firmeza y continuidad.

Creemos que pagando se consiguen las cosas, y solo conseguimos mantener y esclavizarnos con lo que compramos.

No es que seamos una humanidad fallida, como diría Cioran, es que somos laxos y corruptibles, animales humanos que nos creemos seres superiores, aunque en el fondo sepamos que no lo somos.

Tenemos, no una doble moral, sino miles de morales adecuadas a miles de situaciones, intereses y culpabilidades.

Buda decía que todo está en la mente, que lo que pensamos es lo que somos y que creamos la realidad con nuestros pensamientos, y que nosotros mismos somos artífices de lo bueno y lo malo que nos pasa.