Diego de Torres Villarroel escribió:
«Entre las muchas y famosas fuentes medicinales que están descubiertas y examinadas en nuestra España, dudo que haya otras tan prodigiosas y de visibles virtudes como la de Tamames; porque además de ser sus aguas una casi universal medicina, suave, apacible y barata contra los más comunes achaques y quejas de nuestros cuerpos, son también preservativas de la sanidad, rendimiento a los que la beben, así de las enfermedades que actualmente cura, como de otras en que puede caer la naturaleza.»