La soledad; excelente y fiel amiga y maestra, la cual no logro disfrutar plenamente por la creencia en la necesidad de alguien a mi lado para ser feliz. La luz, el gas, el teléfono, el coche y todas aquellas cosas que creo que necesito, pero que en realidad son sólo medios para llegar a un fin.
Desgraciadamente me he acostumbrado a todo esto por tantos años de depender, y no es fácil liberarse. Pero hoy comienzo el camino, el camino de aprender a no desear, a no depender, a no esperar nada de nadie,