Rod Britten está tratando de notificar a la policía, por teléfono, que acaba de descubrir un cadáver. Cuando le preguntan cómo se llama él, en dónde se encuentra y la identidad del cadáver, le es completamente imposible recordar nada. Debido a su insistencia, aún después de haber sido informado del gran peligro que correrá, se le permite continuar su implacable búsqueda tras el asesino, para descubrir su identidad, y el motivo que tuvo para cometer su artero y cruel delito.