El libro me ha recordado un poco al de Federico Moccia, ya que toca temas como la perdida de un padre y el camino que se debe de seguir después de que él ya no está.
Por cuestiones personales le doy 3/5 estrellas, creo que el libro en sí mismo vale la pena leerlo, es una lectura corta, que en uno o dos días se termina, y que sin embargo, cuenta con grandes profundidades como el planteamiento, o en otros casos, el escenario real de la ausencia de un padre, te hace reflexionar mucho acerca de la relación que mantienes o mantuviste con tu progenitor, te hace pensar acerca de cómo fue él a tu edad, que tuvo que vivir, que enfrentó para llegar a ser quien es, o quien fue; y ello en cualquier caso es enriquecedor.
Ciertamente el libro es contado desde la propia experiencia del autor, de el duelo que él vivió, pero me pareció interesante el hecho de que en un punto se planteara la oportunidad de escoger entre fallecer en un hospital o su propia casa, y como él narra, es algo que no es común, que pocas personas tienen la oportunidad de poder elegir, y sin embargo es una luz en ese túnel de oscuridad que representa la muerte.
Me gusto la forma en que aborda el tema de la muerte, y hablo del concepto de muerte en general, ese que escuchamos y de inmediato pensamos en dolor, agonía y perdida, y creo que su padre no solo le dejó una lección a él, sino a todo aquel que lea estas memorias, la muerte es también la liberación de un cuerpo terrenal más no el fin de la vida, porque la memoria de uno vivirá eternamente en las personas que dejamos y los lugares que recorrimos.
Muy buen libro, habla del significado de una perdida.