Se ha dicho que la filosofía no es otra cosa que preguntas, siendo ésta una de las más angustiosas: ¿La vida es de verdad? La vida, sin embargo, no es más que una abstracción, siendo su única realidad palpable cada una de las vidas que cada uno arrastramos, algo que todo bicho viviente suponemos ha de sentir. Mas el hombre no se conforma con sentir, sino que necesita comprender, lo que le lleva a esta extraña paradoja: la vida es esencialmente dinámica, lo que la hace incierta; entonces, para comprenderla a fondo, necesitaríamos inmovilizarla, lo que ya la convertiría en muerte.
A pesar de todo, el hombre en su testarudez, no ha dejado de continuar horadando en el misterio de la vida para dejar boquiabierto al resto de las especies, que se morirían de espanto si comprendiesen la estupidez a la que estamos llegando. Será que la vida es cosa de estúpidos, pero en la que uno se lo puede pasar muy bien, con bastantes malos ratos por supuesto, pero también con algunos muy gozosos, mucho más satisfecho si los ha sabido compartir con alguien a quien ha querido y a quien ha podido pasar el testigo, aunque no sepa bien para qué.