En éstas reflexiones sobre Un curso de milagros, Enric Corbera hace un repaso de algunas creencias arraigadas profundamente en nuestra psique personal y colectiva, creencias que dejan huella en nuestra relaciones y nuestras actitudes. En esta revisión de muchos hábitos nocivos, al principio del Capítulo 3 llega a propinar una “patada a las neuronas” como el mismo dice para que se desencajen de sus posiciones fijas.
Habla sin tapujos, llamando a las cosas por su nombre, de la culpabilidad y del sacrificio, que durante tanto tiempo ha sido ensalzado a la cima de las virtudes humanas, con palabras carentes de ambigüedad:
“El concepto de sacrificio ha quedado incrustado en nuestras mentes y nos condiciona de tal manera que es la causa de nuestros males y enfermedades. Es más, cuando alguien no se sacrifica, decidimos que no sabe querer, que es egoísta lo condenamos”
Pero también pone luz en nuestro funcionamiento psíquico y en la amplitud de su operar cuando los llama a darnos cuenta de que “todo lo que nos rodea habla de nosotros; nuestro universo particular es la proyección de nuestro inconsciente. Integremos nuestras mentes y amemos a nuestros opuestos como a nosotros mismos”.
Este es un libro valiente, directo y sin concesiones, donde la inspiración del autor se expresa libremente en un estallido de lucidez y profundidad.