Quién no ha temido perder la memoria o la cordura, quién no ha puesto en duda su lugar en este mundo, quién no ha llegado a creer que su destino se encuentra en un sitio muy lejano al que nunca habrá de llegar, quién no se ha enfrentado a los estragos del paso del tiempo sobre los cuerpos?
Los personajes que habitan estas historias encarnan las mismas interrogantes y una circunstancia que los hace particulares: un hombre que escucha hablar a los gatos, una mujer que va perdiendo la memoria al mismo tiempo que imagina estarse convirtiendo en un pollo, un escritor suicida empeñado en escribir cartas que no envía, una mujer casada con un hombre que se metamorfosea en lágrima en momentos de crisis, un hombre que cada viernes se deja un obsequio a la puerta como un signo de comunión con una vecina a la que solo ha presentido; entre otros varios sujetos cuyas vidas se encuentran en un momento crucial.
Las historias aquí reunidas se distinguen también por representar los matices de la enfermedad, la vejez o la desmemoria, y transformarlos en esperanza o desencuentro, en olvido insistente o en manía, en el gesto simple de quien, en medio de la más absoluta soledad, no ha dejado de creer que ahí afuera queda todavía alguien a quien llamar y de quien recibir una respuesta o las claves de su destino.