A través de experiencias propias y ajenas, Salvador Moreno González invita a un viaje desde los lejanos días de la memoria en la primera infancia hasta las satisfacciones de la senectud. En El mundo va sin sentido, este recorrido se detiene en cada etapa de la vida para explicar cómo se forma y desarrolla la personalidad del ser humano. No es azar que el hombre sea como es, influye absolutamente todo, desde la genética hasta la crianza y las amistades. Hay situaciones que marcan de por vida y, en palabras del autor, crean un vacío que el ser humano, sin importar su edad, busca llenar con recompensas vanas. Es importante la presencia de Dios en esta obra, pues el acercamiento a la espiritualidad provee al ser humano de dirección en este mundo caótico y lo ayuda a encontrar recompensas que van más allá del alcoholismo o la drogadicción, por mencionar algunas. Acercarse a Dios, a los maestros y a los padres para escuchar sus consejos con humildad podría ayudar al lector a reconocerse en el mundo y en este viaje que parece ir sin sentido. El mundo va sin sentido, de Salvador Moreno González, invita al lector a reflexionar acerca de su vida para poder dirigirse desde una perspectiva que tome en cuenta sus principios y valores, logrando así la plenitud.