Emily Gibson, residente en Japón desde su llegada a Edo en 1861, entabla amistad con el heredero del clan de Okumichi, Genji, un joven que, aunque interesado por el mundo occidental que se abre ante él, sigue considerando que su principal deber es la defensa del honor familiar. Emily, intrigada por la historia de los ancestros de Genji, se volcará en la interpretación de los manuscritos legados. A medida que se adentre en ellos, los textos cobrarán vida y una profecía oculta durante siglos comenzará a tomar forma. Takashi Matsuoka retoma a algunos de los protagonistas de El honor del samurai para describir el rico mosaico que conforma la sociedad japonesa. La historia de los Okumichi, una familia de samuráis, es la historia de la evolución del país, desde su inicial anclaje en las tradiciones puramente japonesas, pasando por la posterior transfiguración cultural con la llegada de los occidentales, hasta alcanzar nuestros días.