Lamentablemente, en este período, condicionantes internos y externos a la prensa fueron un handicap a su desarrollo y la devolvieron al pasado. El periodismo fue arrastrado por sus pasiones políticas y compromisos partidarios, que nuevamente pusieron en entredicho su imparcialidad frente al ochenio de Manuel A. Odría, instaurado tras el golpe de 1948, y la accidentada ‘primavera democrática’ de los gobiernos de José Luis Bustamante y Rivero y Manuel Prado.