cia.
Así, mientras podemos decir que la ciudad jardín es un modelo, parece más problemático decir que una arquitectura es un modelo. Pero, aun con todas las cautelas aquí señaladas, podemos preguntarnos en qué consiste la ambigüedad sustancial de la modelística. Esta reside en una extensión impropia de la lectura y de la fase analítica, y, en algunos aspectos, resulta particularmente grave en las intervenciones sobre el territorio, pero afecta también a toda la arquitectura.