Aunque resulta práctico concebir al fantasma y al regresado como personajes, el fantasma también puede ser un problema generalizado del pasado, o una sucesión de encuentros que crean en el protagonista una sensación única de pérdida, de debilidad o de fracaso. El fantasma de Joe Buck en Cowboy de medianoche, por ejemplo, podrían ser sus recuerdos de amor abortado: el abandono de su madre, el falso cariño de Sally Buck, la manipulación por parte de sus ligues adolescentes. Sin embargo, a menudo sigue siendo útil para la narración y más convincente personificar ese legado de dolor en un solo personaje. Para Joe Buck sería Crazy Annie, la chica fácil de la ciudad, cuando era demasiado ingenuo para darse cuenta de que no era el tipo de persona de la que te enamoras, y cuyo recuerdo se repite con mayor dolor que los demás.
El regresado, en cambio, casi siempre se encarna en una persona de la narración, no se presenta como un problema ni una situación. De lo contrario, el protagonista se vería obligado a resolver desde dentro sus conflictos emocionales, lo que puede convertirse en una rumia inagotable.