En esta novela se ven las ideas políticas de la escritora a través de sus personajes. El obrero, como capa social aparece aquí por primera vez en el panorama novelístico español. La crisis marcada por la Revolución de 1868, la emancipación de la mujer trabajadora y las reivindicaciones laborales del incipiente proletariado constituyen la atmósfera espiritual que envuelve el mundo narrativo de esta obra.