Los poetas suelen situar en algún relato personal, y más o menos mítico, el origen de su tentativa literaria. Uno de los más estremecedores e influyentes relatos de este tipo es el que Mallarmé testimonió en sus cartas durante una crisis nerviosa que sufrió a los 23 años de edad: “La noche en blanco”, a partir de la cual elaboró a lo largo de su vida la concepción de una obra pura. Este relato, que definió en la modernidad toda una tradición poética y de pensamiento, es el punto de partida del presente libro, donde la autora somete esa noche en blanco a un intenso cuestionamiento centrado en la duda acerca del alarde del poeta sobre su incapacidad de escribir. El resultado es una visión fresca y frontal, por momentos iconoclasta, pero también devota. Una luz oblicua sobre la efigie de Mallarmé.