«Una de las sorpresas de esta obra (… ) fue su insólita manera de manejar el idioma. Se trata [de] proponer al lector una nueva y distinta forma de lectura», con esta nota aclaratoria celebraba un grupo de jóvenes intelectuales el final de la hazaña de traducir al castellano, bajo la dirección de Virgilio Piñera y en colaboración con el autor, esta indiscutible obra maestra. Con la publicación de Ferdydurke, prologada por Ernesto Sabato y el propio autor, y protagonizada por un héroe de treinta años que se transforma en un adolescente de quince bajo la influencia de su maestro, Seix Barral inicia la Biblioteca Gombrowicz, un proyecto de largo aliento que pondrá al alcance del lector toda la obra de este genio, tanto la inencontrable como la inédita. «Especie de grotesco sueño de un clown, con páginas de irresistible comicidad, con una fuerza de pronto rabelesiana, el reinado al parecer del puro absurdo, ¿cómo adivinar que en el fondo [Ferdydurke] era algo así como una payasada metafísica en que delirantemente estaban en juego los más graves dilemas de la existencia del hombre?» Ernesto Sabato. «El supremo anhelo de Ferdydurke es encontrar la forma para la inmadurez. Pero esto es imposible. (… ) lo que quería conseguir a toda costa era una mayor libertad de palabra en este campo de la cultura, donde el escritor malo no puede decir nada porque es malo y el bueno tampoco puede decir algo porque es bueno (… ) Así que Ferdydurke tiene un doble aspecto: por un lado es un relato y una novela, una descripción y, por otro, un acto de mi lucha personal con la forma.» Witold Gombrowicz.