El que ha de gobernar una nación entera, debe leer en él mismo, no a este o aquel hombre en particular; pero de tipo humano; que aunque sea difícil de hacer, más difícil que aprender cualquier idioma o ciencia; sin embargo, cuando haya dejado mi propia lectura ordenada y, evidentemente, los dolores dejaron otro, solo será considerado, si no encuentra lo mismo en él