Cuando los hermanos David y Aleda Blake estaban a punto de ser embargados por deudas y sobre el primero, pesaba la amenaza de ir a la cárcel, un extraño personaje acudió a la subasta de sus escasos bienes, ofreciendo comprarlo todo y emplear magníficamente a David, pero exigía, una peculiar condición, que en el “lote” fuera incluida su hermana Aleda como su esposa. Para los dos hermanos no existía otra salida, aunque era una descabellada idea y pese el extraño comportamiento del comprador, no tenían otra salida, sino que aceptar la extraña propuesta. Doran Winton, tampoco contribuyo, a tranquilizar Aleda tras la boda, pues por diversas circunstancias del pasado de la joven, pusieron su vida en peligro, cambiando totalmente los términos del matrimonio.