«Notó algo, como un trapo oscuro que colgaba de su mochila. Parecía una mano con dedos. Estaba mitad dentro y mitad fuera del bolsillo. No podía ser un guante, pensó. Con el calor nadie usa guantes. El trapo o la mancha, o lo que fuera, se movía como si la sacudiera un leve soplo de viento. Pero todavía estaban dentro de la escuela y no había viento…» Verónica Cantero Burroni, la autora, demuestra en esta historia una gran facilidad para llegar al corazón de sus pares, los adolescentes, a través del humor, el suspenso y el uso de formas actuales de comunicación como Skype, Facebook y WhatsApp permitiendo una lectura ágil y entretenida.