No hay nada escandaloso en el título de este libro. Apela a lo que más se le ha negado a las mujeres, el acceso al poder político, y por eso no antepone ni la moral ni la virtud. El león, asociado a lo masculino, ha representado siempre la fuerza, mientras que la zorra, declinada en femenino, se ha asociado a la astucia y a los engaños de la seducción. En negativo, estos estereotipos representan tanto la masculinización del poder como la serie de exclusiones y estigmas que pesan sobre las mujeres en su acceso a él. En positivo, apuntan a dos de los atributos fundamentales del poder político: la fuerza como capacidad de obligar y la seducción, más allá del engaño, como poder de convencimiento. Ambos elementos, sostiene Clara Serra, son indispensables para el feminismo, que es un enfoque privilegiado para pensar el poder y la emancipación, los grandes problemas políticos y sus encrucijadas prácticas, y no, como se ha querido ver muchas veces, un asunto particular de mujeres y solo para mujeres. Una visión que choca con el actual éxito social del feminismo, y es que “cuando algo gana, todo el mundo quiere abanderarlo”. La autora apuesta por construir un feminismo popular y de mayorías y reflexiona sobre los dilemas que aparecen cuando va ganando la partida. El feminismo está de moda: goza de buena presencia en los medios y en la publicidad, muchas famosas se declaran con orgullo feministas, las marcas de ropa utilizan sus lemas en sus prendas y forma parte de la cultura mainstream. ¿Es esto una mala noticia para el feminismo? ¿Pueden tener dichas manifestaciones, pese su origen “enemigo”, efectos positivos y transformadores? ¿Son suficientes las razones y los principios morales para persuadir de la justicia de las causas feministas? ¿Qué papel juegan el deseo, el humor y la alegría en sus luchas? ¿Cuál es el objetivo del feminismo?