Dicen que somos resultado de nuestras experiencias, aunque a veces esas experiencias no son las mejores. La vida puede poner muchas dificultades en el camino, situaciones capaces de cambiar nuestra perspectiva acerca de todo lo que consideramos certero.
Carolina Altamirano tuvo que enfrentarse a una vida llena de vacíos, a una vida de soledad, de abandono y de maltrato. Ella encontró la forma de salir adelante, aunque no siempre sus elecciones fueron las correctas. Su historia, cargada de conflictos, la llevó a cometer grandes errores y a tomar pésimas decisiones, aun cuando pensó estar haciendo lo correcto.
A Carolina siempre le tocó perder, pero cuando creyó que ya no había salidas la vida le dio una revancha que ella supo apreciar. Entonces, en búsqueda del perdón, descubrió que, a veces, las oportunidades llegan disfrazadas de situaciones que no nos agradan, que la vida es una escuela en la que aprendemos a base de prueba y error.