En la quieta campiña cercana a Helsinki, una viejecita riega su césped, las golondrinas gorjean y el gato dormita. Pero el idilio es aparente: la vida de Linnea Ravaska, octogenaria viuda, es emponzoñada por unos malhechores que cada mes le arrebatan su pensión. El desnaturalizado nieto Kauko y sus acólitos destrozan todo lo que encuentran a su paso, torturan al gato, golpean por puro placer, sin que ella ose rebelarse, hasta el día en que decide no soportarlo más, llama a la policía y huye a Helsinki. La guerra y la venganza del trío infernal podrían convertirse en una pesadilla si Paasilinna no prefiriese la vía de la farsa y la paradoja para criticar a una sociedad cuyos males observa con toda lucidez. Vejez olvidada, juventud marginada, desmoronamiento de las instituciones, droga, alcoholismo, sida: todo se divisa en las rocambolescas peripecias de la simpática viejecita, que pasea armada con una Parabellum y cuyas verdaderas armas acabarán siendo el candor, una ingenua crueldad y su incansable defensa de la propia dignidad. «Algunos han comparado a Paasilinna con Tom Sharpe, por los despiadados ramalazos de humor negro y cáustico de sus novelas» (Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga). «Excéntrico, ácido, y a ratos despiadado, se sirve de la parodia para revelar la chifladura que nos rodea en forma de cruda normalidad» (El Correo Español).