Así, el culto a la Pachamama, a lo largo de Sudamérica, la Madre Tierra, dadora de vida, junto con el dios Sol –Inti (Inka-Colla), Antü (Mapuche); Tlalchitonatihuh (Maya), Huitzilopochtli (Azteca o Mexica)– permiten la fertilidad de la tierra que germina la semilla y multiplica los animales. Según la mitología, es importante hacerle ofrendas a la Pachamama, pedirle permiso respetuosamente para abrirla y sembrarla, también pedirle buenas cosechas y protección para el ganado y la familia durante todo el año. En el mundo aborigen americano el ser humano es copartícipe de los fenómenos naturales, el acontecer cósmico debe ser ayudado por las prácticas y los rituales de las personas.