Cuando Josephine Perkins despierta una mañana después de un sueño agitado, se encuentra en su cama con un desconocido. Piensa que el sueño la traiciona, que quizá ha consumido algo que le produce extrañas alucinaciones. Sin embargo, siente el calor de aquel cuerpo y el flujo de su respiración. Por un momento piensa que aquella no es su casa y es ella quien se ha acostado en la cama de un desconocido. Pero, cuando él se levanta, comprueba que se comporta como si se conocieran de siempre. Josephine, incapaz de entender lo que sucede, se esfuerza en reconstruir su pasado. Recuerda que se crio en Maine, bajo los cuidados de una madre supersticiosa y conflictiva. Su padre, “pintor de irrealidades”, las abandonó para compartir su vida con un actor en Tánger, ciudad donde, años después, padre e hija se reencuentran. Porque es precisamente allí, en Tánger, donde Josephine vive con Abraham en el presente. Sin embargo, siente que algo no encaja. Los lugares que recuerda ya no existen: las Galerías Lafayette, el cine Alcázar y aquel modisto que arreglaba su ropa son ahora locales cerrados; el Consulado donde trabajaba su padre es un museo; el Hospital Español al que acudía se encuentra abandonado… A medida que Josephine va poniendo en orden sus recuerdos, las realidades pasadas y presentes se entremezclan y contradicen. ¿Qué le ocurre? ¿Cuál es el problema? ¿Es tal vez amnesia? ¿Locura? El autor nos lleva de la mano en un viaje por la Tánger ancestral, la Tánger misteriosa, la Tánger onírica, en una inquietante historia de silencio y soledad, hasta una conclusión inesperada en la que las respuestas se tornan de nuevo en preguntas.