Por senderos que la maleza oculta

Bueno, aquello pasó en mis tiempos de juventud, que ya no tienen ningún interés y que no se deben mencionar. Pero incluso e

tengo horas fijas para nada, cuando se me antoja cojo mi palo y me voy. No tengo mucha costumbre de usar el palo, solo tiene que acompañarme como un perro y nada más. Casi todo el mundo lo llama bastón: ¿Quiere

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2 de septiembre. Un policía entra en mi cuarto y dice sin preámbulos: Se va usted a mudar.

Ya no pregunto más por ese lugar, Landvik, me es indiferente adónde me lleven, nos desviamos por un estrecho camino y en una curva leo Residencia de Ancianos en la pared de una gran casa blanca.

La realidad es que me siento un poco confuso ante tantos vejestorios en un mismo lugar.
Saludo a la directora, me dan una habitación en el primer piso y me despido del coche policial agitando los brazos.

Quiero ser lo suficientemente dueño de mí mismo y dejarlo. Bien. Pero luego volveré a empezar, ¿de qué sirve entonces? Quiero ser lo suficientemente dueño de mí mismo como para poder volver a empezar.

La mansión era de madera, los cimientos que quedan insinúan una pequeña y vulgar casa rústica a la que se fueron añadiendo anexos y salientes según la necesidad.

Sabía muy bien que estaba arrestado y quería mostrar su orgullosa postura ante un ser como yo sobre la tierra.
Ya tenemos en Noruega el arrestado político.

El primero que llega es un chico de unos

Leo, holgazaneo y hago solitarios.
Con el fin de ejercitar las piernas en mi estrecho campo medido, subo la colina haciendo un gran esfuerzo. Es muy empinada y por algunas partes tengo