Podemos considerar la moral como una de las dimensiones de nuestra vida cotidiana —compuesta de juicios, valoraciones, actitudes, normas y costumbres que orientan o regulan el hacer humano— y la ética como la disciplina filosófica que lleva a cabo el análisis de esta esfera y que elabora teorías para dar cuenta de la validez o no de los enunciados morales. En este sentido, la ética es una disciplina de la filosofía, como es la metafísica o la epistemología, y lo moral es su objeto de estudio.