Este libro reúne dos obras claves de la producción de Molière, que fueron profundamente criticadas y censuradas en la época de sus estrenos. Tartufo, que sintetiza de manera notable las preocupaciones de la mayoría de los dramaturgos, pues refleja un incansable afán de mostrar los defectos de sus contemporáneos, a través de un drama sicológico, pero con claros tintes de comicidad. En Don Juan, nos encontramos con el clásico
personaje galante, frívolo y libertino, pero en la versión de su comedia, Molière le confiere un espíritu libertario que desafía la autoridad y los convencionalismos.