Quiero pedirte que no perdamos de vista este timón, aunque endeble y a punto de quebrarse, es la insuficiente brújula para extraviarnos un poco menos, para que un poco menos el desastre nos alcance. Porque, es cierto, podemos quedarnos quietos y dejar que esto suceda. Dejar a los tropeles acercarse, arremeter porque eso harán. Podemos cerrar los ojos y acelerar este naufragio. Pero aquí un timón, y eso no debemos ignorarlo