Este libro me ha parecido una joya. Son relatos sorprendentes que me provocaron una extraña mezcla de fascinación y horror. Estoy asombrada por los testimonios de tantas mujeres tan valientes (yo jamás hubiera podido ponerme en su lugar, me es simplemente inconcebible), de lo fuertes que fueron al decidir ir al frente aún cuando muchas de ellas no tenían ni la remota idea de lo que les esperaría. Seguramente todo lo que vieron sobrepasó su imaginación. Al menos leerlo sobrepasó la mía. Pero sin duda lo que encontré más fascinante fue conocer como retomaron sus vidas después de la guerra; tener que vivir con todos esos recuerdos y cicatrices e incluso tener que ocultar sus verdades por temor a las represalias tanto del gobierno como de su propia familia, y ni hablar de la desilusión al regresar a sus pueblos sintiéndose como unas heroínas y descubrir que para muchas de las personas por las que lucharon eran algo completamente opuesto.
Muy buen libro. La autora hizo un excelente trabajo dándole voz a todas esas mujeres.
Pareciera ser una obviedad pero al terminar una lectura es como irse a un largo viaje y regresar siendo otro. Pareciera ser una obviedad, sin embargo, al llegar al final de estas páginas terminé siendo otra. Leer es dejar ser a la empatía. Sin empatía no vale la pena leer.
¿Cómo logré terminar este libro? Muchas veces la ficción logra conmover e impactar al lector, pero el libro de Svetlana es pura realidad, de la cruda e increíble, de la que cuesta aceptar y entender. Hay mucho dolor en estas páginas y lo que más se me queda grabado es la "otra guerra" que vivieron las mujeres luego de luchar en el frente, donde fueron humilladas, cuestionadas, insultadas... es desgarrador.
Es probable que este sea el libro con el que más he llorado en la vida. Es muy real, muy triste, y aún así, muy bello
Muy buen trabajo de recopilación de testimonios de mujeres rusas (soviéticas) que participaron en la Segunda guerra mundial. Hay mucho dolor, pero también entrega infinita. Las declaraciones son presentadas de una manera que las emociones te confrontan con la guerra.
Es sin duda uno de los libros que más me han conmovido como mujer y como humano. Hay tantas historias y todas ellas tan merecidas de ser contadas, sin importar lo desgarradoras que puedan llegar a ser y aún así en la mayoría de ellas hay un atisbo de compasión, de empatía y amor al cual asirse como especie para luchar por conjurar todas las guerras en el mundo de una vez y para siempre.
El trabajo periodístico de Svetlana Alexievich en este libro es formidable y de una belleza absoluta en cada una de las reflexiones que hace en su alucinante camino por tratar de descifrar los hechos, pero sobre todo los sentimientos de las mujeres que estuvieron en el frente ruso durante uno de los episodios más mortíferos de la historia.
Es increíble lo mucho que estoy soñando con guerras después de: "La guerra no tiene rostro de mujer". Es increíble, creo que ningún otro libro me ha tocado tanto el inconsciente.
El libro es una multitud de relatos breves de mujeres de diferentes partes de la Unión Soviética que participaron en la 2da Guerra Mundial.
Sus vivencias pueden llegar a ser tan escalofriantes que me daba miedo voltear la página y seguir leyendo una historia peor que la anterior.
Es un libro que te hace reflexionar sobre la naturaleza humana, la discriminación de la mujer, la guerra, el comunismo, sin necesidad de que la autora casi interfiera en el relato, más allá de la edición de las cientos de entrevistas que realizó a lo largo de 30 años, más o menos.
Te lo recomiendo si eres amante de la historia, pero prepárate porque es crudo y rudo.
La guerra siempre la han contado la guerra, este es un libro doloroso y necesario.