¿Qué puede enseñarnos la historia del pueblo judío en su momento de mayor esplendor? ¿Qué lecciones extraemos de sus divisiones internas, y de los caracteres de sus reyes y reinas? ¿Qué podemos aprender de los ensalzamientos y las caídas de estos, de su idolatría y de su retorno a la adoración a Dios? En estas páginas la autora nos muestra que la prosperidad y el éxito –tanto temporales como, especialmente, espirituales— están indisolublemente ligados a una relación íntima con Dios, Amo y Señor de todo lo creado.