Un escenario difícil puede poner tus emociones en una montaña rusa. Puedes estar lleno de esperanza un minuto, y completamente perdido en el desconcierto al siguiente. Y puedes llegar a sentirte bastante agotado como resultado.
Muévete despacio. Reconoce las circunstancias tal y como son. No dejes que las situaciones difíciles te consuman. En lugar de eso, respira hondo y con calma para poder centrarte. En este punto, puede ser muy fácil que la mente se deje llevar por pensamientos negativos o por el "qué pasaría si...".