«Hay que entregarse por entero, aunque tampoco en exceso, puesto que cuanto más fuerte sea la pasión, mucho más potente tiene que ser el impulso de reprimirla. Goethe dijo una vez bellamente que con el mucho leer y el mucho escribir uno mismo se iba convirtiendo poco a poco en libro; por eso creo yo que a causa del mucho coleccionar también puede uno convertirse en una curiosidad. Darle a la colección la forma de un pequeño mundo, pero sin perder de vista el mundo real es la tarea más grande»89