A mí sí que me encanta convertir en objetos a la gente, coleccionar sus imperfecciones. Es el equivalente de coleccionar sus almas. Hago que suban a la tarima y les enseño poses. Es como organizar muebles… ¡o búcaros! Si el sillón tiene una pata rota, no le tiro la foto a la pata. Si al búcaro se le partió la base, lo miraré desde este otro ángulo más favorecedor