Cuando Montserrat se ve forzada a mudarse a la ciudad su vida da un vuelco. Al principio se pregunta si su papá seguirá enviándole cartas a su nuevo hogar y cómo vivirá sin su abuelo cerca de ella. Poco a poco los días toman una dirección diferente al lado de su amiga Yolo. La ciudad las obligará a mantenerse alerta frente a sus peligros, a veces derivados del uso inadecuado de internet.