La violinista Eleanor Stafford no estaba acostumbrada a las fiestas, de modo que no fue una sorpresa que se quedara deslumbrada por el inquietante ruso Vadim Aleksandrov. La vibrante atracción la hizo perderse en esa embriagadora sensación… y arrojarse a sus brazos.Pronto, se vio viviendo con él en su villa mediterránea, asistiendo a fiestas llenas de glamour y colmada de lujos. Debería haber estado eufórica, pero en el pasado de él había algo tan oscuro, que ni siquiera su virginal dulzura era capaz de sacar a la luz…