La naturaleza secreta de las cosas de este mundo

cuando una persona desaparece, quienes quedamos atrás comenzamos a creer encontrarla en todo lo que nos rodea, y es ese nuevo estado en el que se encuentra el que nos paraliza y en última instancia nos destruye; no la desaparición sino la aparición –continuada, persistente, inescapable– de la persona desaparecida.

con la desaparición surge el fantasma y cada pequeño acontecimiento se duplica, es lo que aparentemente es, pero también es una posible evidencia, que fisgonea en su oscuro interior en busca de una salida: en cierto modo, cuando algo así sucede, la realidad también deviene fantasma, aparición, resto.

La desaparición es un tipo de acontecimiento singular, que deviene rápidamente estado y pone de manifiesto que la indeterminación y el doblez son parte de la naturaleza secreta de las cosas de este mundo;

estar vivo es, indefectiblemente, hacernos daño y hacérselo a los demás con cada una de nuestras acciones

, si miro atrás, veo que he hecho más daño que bien, en especial en todas esas ocasiones en las que pensé que no estaba haciéndolo, en que creí que estaba actuando con rectitud.

«Una obra conformada por pocas piezas suscita un interés mayor que el que provoca una obra cuantiosa, no importa su calidad; el artista desconocido atrae más que el ya conocido, aun cuando este último haya satisfecho las expectativas alguna vez depositadas en él y el primero no: cuanto más tiempo permanece un artista en la sombra, mayor es la luz que proyecta su obra»

Y también sabía que el mercado del arte, que es lo mismo que decir la historia del arte, actúa siguiendo un impulso relativamente predecible motivado por el aburrimiento

la obra artística es o ha sido en los últimos cien años escasez y tiempo

«Nunca estamos preparados para ciertas cosas», continuó. «Y cuando suceden, no solemos pensar con claridad. Pero esa falta de claridad puede condenarnos

Todos guardamos secretos, por supuesto. Pero ninguno de nosotros sabe guardarlos lo suficientemente bien o por la cantidad de tiempo necesaria; en realidad, sólo los guardamos para poder develarlos en algún momento.