“Heliogábalo” sobre todo la obra de un poeta, es también una obra de erudición. Antonin Artaud realizó largas y pacientes indagaciones y leyó gran número de escritos tanto antiguos como modernos. Mezclados con una parte del manuscrito de “Heliogábalo” que Mme. Anie Faure facilitó a los representantes de “Editions Gallimard” (editores de las obras completas de Artaud) había una lista de las fuentes consultadas que abarca entre los antiguos a Artemidoro de Efeso (Interpretación de los sueños), Heliodoro, Censorinus, Eusebio, Amiano Marcelino, Eutropo, Macrobio, Zosimo, Constantino Porfirogenta, Xifilino, etc. Las fuentes modernas son, entre otras consultadas: Auguste Bouché-Leclerc (Histoire de la divination dans l´Antiquité), Pierre-Jean Baptiste Chaussard, dit Publicola (Héliogabale, ou Esquisse morale de la dissolution romaine sous les empereurs), Georges Contenau (La Civilisation phénicienne), Franz Cumont (Les Cultes d´Asie Mineure dans le Paganisme romain), Georges Duviquet (Héliogabale raconté par les historiens grecs et latins), René Dussaud (Notes de mythologie syrienne, y otros), Butler Horma Ficht (Studies in the life of Elagabalus), Charles Fossey (La Magie assyrienne), Sébastien Lénain de Tillemont (Histoire des empereurs), Jean Réville (La Religión a Rome sous les Sévères).Y las historias clásicas de Victor Duruy, Edward Gibbon y Théodor Mommsen.