Leído por Salvador Novo el día de su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua en 1953 -mismo año en que fue publicado por vez primera por el FCE-, este ensayo hace una revisión deliciosa y amplia de cómo las aves eran una imagen recurrente en la poesía castellana de los siglos de oro. Con la ironía y el humor que caracterizan la escritura de Novo, se insertan en cada capítulo reflexiones sobre el abandono actual de los antiguos símbolos y sobre cómo la civilización industrial ha limitado casi hasta su extinción nuestro testimonio de la naturaleza.