La narrativa tradicional despliega un importante cosmos de magia y encantamiento donde es común encontrar personajes temibles como el nahual, conocido por su capacidad mutante, que facilita su desplazamiento, o el mismo Diablo, que en algunos relatos es representado como un ser violento, y en otros se presenta de un modo chusco y lleno de humor, como los mismos chaneques o duendes.