Afortunadamente, pues, el candoroso estudiante se topó con el marqués de Montriveau, el amante de la duquesa de Langeais,
Patriciahas quoted5 years ago
Son unas infames y unas bribonas; abomino de ellas, las maldigo; me levantaré por las noches de mi ataúd para volver a maldecirlas
Patriciahas quoted5 years ago
Vaya de una vez, dígales que si no vienen es un parricidio
Patriciahas quoted5 years ago
Sus hijos me vengarán
Patriciahas quoted5 years ago
Nunca supieron intuir nada de mis penas, de mis dolores, de mis necesidades, tampoco intuirán que me muero; si ni siquiera entienden mi amor
Patriciahas quoted5 years ago
Soy el único culpable de los desórdenes de mis hijas, las estropeé a fuerza de mimos
Patriciahas quoted5 years ago
Dios cometería una injusticia si las condenase por mi culpa. No supe comportarme, cometí la bobada de abdicar de mis derechos
Patriciahas quoted5 years ago
Toda la culpa la tengo yo, las acostumbré a que me pisotearan. Me gustaba
Patriciahas quoted5 years ago
Pero ¿es que no saben que cuesta caro pisotear el cadáver de un padre? Hay un Dios en el cielo para vengarnos, lo queramos o no, para vengar a los padres. ¡Ay, sí que vendrán!
Patriciahas quoted5 years ago
as quería tanto que volví a las andadas, igual que un jugador vuelve al juego. Mi vicio eran mis hijas; eran mis amantes, ¡lo eran todo, vamos!